Sensores de Presión y Presión Diferencial de Gases de Escape (EPS)
Los EDPS (Sensores de Presión Diferencial de Gases de Escape) se encuentran en todos los motores diésel modernos, así como en un número cada vez mayor de motores a gasolina. Estos protegen diversos componentes del motor y garantizan que los gases de escape cumplan con las estrictas normas actuales.
Los motores diesel modernos en el mercado europeo están equipados con sensores EDP.
Cumplir con las normas medioambientales actuales de la UE
Más del 62% de cobertura de parque automovilísticos en Europa.
Soporte técnico integral
Los sensores de presión de escape se instalan a menudo en varios puntos a lo largo del tubo de escape para garantizar el correcto funcionamiento de diversos componentes y protegerlos contra una presión excesiva.
Normalmente se encuentran antes y después de las válvulas de EGR, donde ayudan a asegurar la tasa correcta de recirculación de los gases de escape, ayudando a mantener bajas las emisiones y un alto rendimiento del motor.
En motores diésel, los sensores de presión se instalan antes y/o después del filtro de partículas diésel (DPF). Estos filtros alcanzan una temperatura de funcionamiento óptima a la que pueden quemar eficazmente las partículas finas captadas por el filtro. Una caída de presión indica que el filtro está empezando a saturarse. Para prevenir la obstrucción y garantizar un rendimiento óptimo, el sensor de presión envía una señal a la ECU para elevar la temperatura de los gases de escape y permitir que el filtro se regenere, preservando así la vida útil del mismo.
Los sensores de presión de escape proporcionan una medición de la presión absoluta de los gases de escape. Estos sensores supervisan la presión y avisan en caso de una contrapresión demasiado alta.
Estos sensores especiales supervisan la presión y avisan en caso de una contrapresión demasiado alta, para gases de escape con una presión más alta.
Los sensores de presión diferencial se colocan antes y después de componentes como el filtro de partículas diésel (DPF), el filtro de partículas Otto (OPF) o la válvula de recirculación de gases de escape (EGR). Los cambios de presión en estos componentes pueden indicar que la unidad supervisada no funciona de forma óptima.